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domingo, 29 de enero de 2012

Pueblo Potemkin o Marketing

Es curioso como a raiz de entradas anteriores en mi blog (link) me llegan aportaciones y anécdotas curiosas.

La verdad es que estas curiosidades históricas, donde se describen hechos, en los que se ha recurrido al engaño para recaudar fondos o para salir del desaguisado, nos hacen recordar lo corta que es la memoria y lo recurrentes que son estos ardides, que se repiten a pesar de los avances tecnológicos, la supuesta mejora de la información y la denominada globalización.

Esto de Pueblo Potemkin, yo sinceramente tampoco lo conocia, a mi el nombre, me trae al recuerdo el famoso acorazado.

Otra vez he querido ilustrarme y traer a mi blog esta curiosidad histórica.

Según he podido leer en la web, algo se define como Pueblo de Potemkin cuando se quiere describir una cosa muy bien presentada para disimular su desastroso estado real, vamos un engaño en toda regla.


La anécdota histórica se debe al mariscal duque Grigori Alexandrovich Potemkin en la Rusia de Catalina II.

El tal Potemkin, no tuvo escrúpulos para engañar a la zarina, para lograr sus fines. Ni corto ni perezoso hizo edificar fachadas imaginarias pintadas a lo largo de la ruta de visita de Catalina, para presentar pueblos idílicos en la recién conquistada Crimea.  Todo ello para encubrir la verdadera situación catastrófica de la región. ¿a que nos suena esto?

¡¡¡Que hubiera hecho este hombre si tuviera a mano los potentes programas de simulación actuales!!!


Cuenta la historia, que en su viaje a lo largo de la región,  visitaron varios de estos pueblos de ficción.

Su corte de serviles se encargaba de que al terminar la visita el pueblo ficticio fuera desmontado y se volviera a montar. Todo un marketing espectacular para aquella época.

La verdad es que resulta mas bonito lo de Potemkin que lo de Marketing, y tiene un aire parecido.

Curioso, también, el nombre de la zarina, Catalina, nombre que evoca a la patrona de nuestra institución.

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