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jueves, 5 de enero de 2012

Carbón para los que fueron malos

Estaba yo pensando en la noche mágica de los Reyes Magos y meditando sobre todos aquellos que fueron "malos" este año y, por lo tanto, solo tendrían que recibir el oscuro mineral. (Hay unos cuantos en la lista).


Entonces pensé ¿de donde vendrá esta tradición? y dada nuestra estrecha relación con la minería, ¿tendrá algo que ver con nuestra región?¿ será una tradición asturiana?.

La cuestión es que indagando un poco sobre el tema, me informé un poco del origen del asunto.

El origen parece estar en "el carbonilla", que es uno de los "pajes" de los Reyes Magos. Este personaje tiene como misión vigilar a los niños durante el año para saber si han sido buenos o malos, y es quien les dice a los Reyes si quien debe tener regalos o carbón. En el caso de que fuera carbón, sería "el carbonilla" el encargado de llevarlo.

En otro sitio, he leído, que la función del carbón se atribuye a Baltasar.

Inicialmente los regalos se limitaban a elementos de la vida cotidiana, pero el carbón ya estaba presente: Melchor se encargaba de regalar ropa o zapatos; Gaspar repartía golosinas, requesón, miel o frutos secos y Baltasar cumplía la función de "malo" de la película, castigando a los niños que se habían portado mal, dejándoles carbón, leña o piedras. La tradición en España conserva sólo el carbón, hecho de azúcar y con apetecible sabor.

Supongo que asignar al Rey Baltasar el papel de "malo" no sería políticamente correcto y se introdujo, en algún momento, la figura de "el carbonilla".

También es curioso mencionar, que por la zona de Navarra, existe una tradición similar, quien se haya portado mal no tendrá más remedio que esperar en estas fechas al "Olentzero", un carbonero que vive en el monte y al que no le gustan nada los niños.

En Cataluña, también pasa lo mismo, existe una tradición similar relacionada con el carbón.

En la tradición catalana aparece el "tio", que es el encargado del reparto de regalos.
Alrededor de un tronco tapado con una manta se reune la familia los días 24 ó 25 de diciembre. La tradición indica que se deben de cantar villancicos, mientras se van dando golpes al tronco con un pequeño bastón, desprendiendo así pequeños regalos y dulces. Cuando se termina de cantar, es cuando los niños quitan la manta y descubren sus obsequios. El carbón pone el broche final y se encarga de recordarnos que debemos comportarnos mejor.

Hasta en Italia, el carbón conserva el mismo significado.

Allí tienen la leyenda de la bruja Befana. La tradición la sitúa barriendo su casa con su escoba, cuando pasaron los Reyes Magos hacia Belén y la invitaron a ir con ellos. Ella no los acompañó y, como muestra de arrepentimiento, la bruja está en continua búsqueda del niño Jesús.

En las casas italianas cuelgan un calcetín en la chimenea y la bruja Befana lo llenará de regalos si los niños se han portado bien, o de carbón en caso contrario.


Sea cual sea el origen de la tradición y nos hayamos portado bien o mal, por favor:

 ¡¡¡¡que no nos traigan mas carbón!!!.

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