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sábado, 10 de marzo de 2012

Ad Carajo

He estado leyendo estos días varias cosas sobre modelos organizativos, estrategias de futuro, ideas, dudas, críticas ... de distintas universidades.

En bastantes foros se habla del modelo de universidad americano como el ejemplo a seguir, pero algunas veces, uno se encuentra con sorpresas.  Tal parece al leer este artículo, que ellos no lo tienen tan claro: "Our Universities: Why Are They Failing?" (link). Es curioso que los propios americanos hablan de fracaso en un país, bastantes veces puesto de modelo en el nuestro. Reflexiones de este tipo, en nuestro país, nos conducirían a la preocupación extrema.

Hay artículos de origen empresarial, aún mas preocupantes, empiezan a cuestionar la utilidad de la universidad, en lo que ellos denominan "burbuja educacional" o "Torres de Marfil" (link). Estos escritos ponen bajo sospecha la enseñanza superior. Todas estas cosas, deben de movernos a la reflexión y, sin duda, a la preocupación.


Yo pienso, que las universidades deben de dar un cambio importante, hasta llegar a ser protagonistas en la sociedad, con la necesidad de asumir ese papel activamente con capacidad de liderazgo y un sentido del compromiso social de verdad. No hacerlo así, arrastrará un alto coste para nuestro tejido productivo y para nuestra sociedad. Acrecentando la ya perceptible, y creciente, sensación de  descrédito de nuestras instituciones académicas.

Con el paso de los años y sucesivas reformas, se va ampliado la brecha entre la universidad y la empresa. Hasta el punto de poder afirmar, que ya son casi culturas, en muchos casos, antagónicas.

En su apuesta de Campus de Excelencia, Alemania han detectado este tipo de problemas, o similares, hace años. Tomando la decisión de dejar morir de forma vegetativa a las universidades tradicionales y crear grandes universidades federales.

Algo parecido se ha intentado en nuestro país, pero me temo que ha fracasado de forma estrepitosa. Un buen ejemplo de ello es nuestra propia universidad. Las universidades públicas deben especializarse y ser competitivas socialmente, aportar valor a través de la formación y la transferencia de la tecnología a nuestro sistema productivo.

El debate, la autocrítica y la reflexión universitaria brilla por su ausencia y eso que muchos millones de parados en nuestro país, piden respuestas para salir de la crisis.

 
 
Podemos creer que vamos "Ad Futurum", cuando donde realmente estemos yendo es "Ad Carajo".

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