Rodeado de montañas, arrullado por un precioso paisaje, aparece este maravilloso valle, con un increible pueblecito de cuento fundado por colonizadores italianos en 1878.
Este sitio precioso condensa una buena parte de la historia de Rio Grande do Sul. Una preciosa iglesia y un pueblecito maravillosamente cuidado. Fabrican su propio vino y licores muy al estilo italiano y se puede comer de maravilla en sus restaurantes familiares, muy probabemente descendientes de los primeros colonos de la zona.
Un sitio precioso. El tiempo lluvioso no lo permitia, pero son posibles agradables paseos por el valle, rodeados de montaña entre la impresionante naturaleza brasileña.
La ruta pintoresca para acceder al pueblo también presenta una gran belleza, con hermosos miradores donde los colonos han dejado su huella.
La naturaleza, fauna y flora, que rodea el valle de cuento, no le va a la zaga, dejo constancia de la hermosamente espectacular flor del Maracuya.
También este bonito papagayo mimetizado entre la flora local.
No hay comentarios:
Publicar un comentario