Buscar este blog

jueves, 5 de abril de 2012

La excelencia que nunca existió y a nadie importó.

Los recortes económicos del gobierno han fulminado los proyectos de Campus de Excelencia Internacional (CEI) de las universidades españolas. La verdad es que no me extraña mucho a la vista de los resultados, que en nada tienen que ver con los planteamientos iniciales.

"Sello devaluado", "café para todos",....   son frases recurrentes que pueden leerse en la prensa nacional a lo largo de la geografía española. La mayor parte de las universidades han encontrado la excusa perfecta, ni un atisbo de culpabilidad. Todos lo han hecho bién, pero claro, la crisis.....

Las palabras de propio ministro resultan reveladoras de lo que nos espera: "España no puede tener 79 universidades, y todas excelentes en la enseñanza y en la investigación. O mediocres en lo uno y en lo otro".

Resulta evidente que una universidad no cambia de un día para otro, lo que durante muchos años ha "malfuncionado" de una determinada forma, no puede pasar a "bienfuncionar" de forma "excelente", de una forma distinta, y de un día para otro.

El proyecto CEI evaluaba y finaciaba realmente proyectos, proyectos que de haberse desarrollado hubieran permitido evolucionar a la universidad proponente y llevarla hacia cotas de calidad y relevancia internacional mucho  mejores (esto por decirlo de una forma suave) que las actuales.

Aquí está la clave del fracaso: no se han ejecutado los proyectos, nadie lo ha verificado, ni a nadie le ha importado. Ha sido dinero tirado, que ha servido, en el mejor de los casos, para bajar la deuda de algunas universidades. La compra de equipamientos sin sentido, con altos costes de mantenimiento, con ratios de uso y de utilidad muy bajos. Ya será imposible en el futuro, mantener equipos de recién titulados y becarios desligados de los grupos de investigación de las universidades y con estrategias de funcionamiento desconocidas o inexistentes. Obras sin sentido. Curiosamente falta de proyecto y de planificación.

 Inicialmente planteados y evaluados como proyectos de especialización, en que cada universidad debería apostar por un área de especialización, lo mas transversal posible. En este contexto, impulsar la investigación, la transferencia, la docencia y la internacionalización, mediante un plan pre-establecido. Pero, el asunto ha ido evolucionando hacia el "todo vale", hacia seguir haciendo lo mismo que haciamos y mostrarlo de forma que permita ir justificando los fondos que se recibieron.

Algunas universidades, tal es el caso de la nuestra, ni siquiera ha podido mantener la captación de fondos en las diversas convocatorias que han ido saliendo,  siguiendo un proceso de decaimiento y falta de proyectos progresivo. Bastante hubo con poder justificar como se pudo los fondos recibidos.

En este país nadie controla ni supervisa nada. La transparencia y el conocimiento del uso de los dineros públicos no existe. La mala gestión, ni tan siquiera la corrupción, son motivos para la pérdida de confianza en los procesos electorales. Las iniciativas iniciales se van diluyendo, la especialización va desapareciendo, cada universidad hace lo que le viene en gana, en la mayoría de los casos nadie sabe el por qué y el para qué.

El papel de la universidad como papel dinamizador del tejido productivo, nunca ha llegado a materializarse, pero esto realmente a nadie importa. Mas bién en sentido contrario, la economía productiva y la universidad van tomando caminos cada vez mas divergentes.

La situación se torna compleja, la financiación con fondos públicos de esta "investigación" alejada de nuestra realidad socioeconómica no puede mantenerse.

Deberiamos evolucionar hacia una "investigación competitiva"ligada a nuestro tejido productivo y nuestra sociedad. Deberiamos "dar para recibir", la universidad debiera configurarse como motor del desarrollo económico de nuestro entorno y esto es lo que debiera permitir la llegada de financiación.

Colaborar en un entorno competitivo junto a nuestras empresas, junto a la sociedad,... generar nuevos productos, nuevos servicios,....La cultura de la "investigación subvencionada" con dinero público, sin utilidad demostrable, sin rendir cuentas, sin transparencia....pasa por momentos difíciles en nuestros días.

Adiós proyecto CEI, fuiste una oportunidad perdida para realizar este cambio necesario, por desgracia ello no ha sido posible, ni lo será posible en bastante tiempo. El buen uso de los fondos públicos, la transparencia, la honradez no forman parte todavía de nuestras prioridades, los procesos electorales así lo atestiguan.

Como me ha dicho recientemente un compañero: "Esto del CEI realmente a nadie le importa".

Es un buén epitafio para una excelencia que nunca existió y que a nadie importó.



Espera una larga travesía por el desierto y me temo que solo unos pocos serán capaces de atravesarlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario