La tira cómica del diario regional, La Nueva España, presenta a nuestro rector mendigando un mecenas.
He sentido la curiosidad de buscar el significado de estas dos palabras.
Para la primera “mendigar” he encontrado dos acepciones “pedir a modo de limosna ayuda o auxilio, generalmente en forma de dinero o alimentos” y otra “suplicar algo humillándose” me temo que la que más se ajusta a la situación que nos ocupa es la segunda.
Para la segunda palabra he encontrado el siguiente significado “patrocinio financiero a artistas o científicos, a fin de permitirles desarrollar su obra sin exigir en contrapartida créditos monetarios inmediatos”.
No entiendo la razón de estar pidiendo continuamente. ¿No es nuestra universidad un motor económico para nuestra región? ¿No disponemos de los profesionales mas cualificados? ¿No disponemos de instalaciones de investigación de primera magnitud? ¿No disponemos de investigadores y técnicos de talla internacional? ¿No estamos a la cabeza de Europa en producción científica?....entonces, ¿Para qué necesitamos estar pidiendo? ¿Necesitamos humillarnos?
Potencial para generar nuestros propios recursos económicos, parece que tenemos, hoy mismo nos ha llegado un correo del Vicerrectorado de Investigación, buscando profesores interesados en trabajar para la FEDIT (Federación Española de Centros Tecnológicos), esperan convertir, dicen, "el conocimiento en dinero" y además añaden “los Centros Tecnológicos disfrutarán íntegramente de la propiedad intelectual del resultado de la actividad desarrollada por el profesor universitario durante la estancia”. Curioso ¿no?
Quizás nos falte imaginación o quizás el problema sea otro. Pero ideas para poner en marcha las hay, pero se necesitan dos cosas básicas que parece nos faltan y que siempre recordamos a nuestros alumnos: actitud y aptitud.
“Quién vive fiando al amigo, estudia para mendigo”
Refrán anónimo
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